Cuando sufres un robo en tu casa te asalta un tsunami de preguntas y miedos: ¿Por qué a mí? ¿Me tienen vigilado? ¿Qué habría pasado si me pilla en casa? Ver tu ropa por el suelo, los juguetes de los niños revueltos, toda tu vida patas arriba, esparcida por la casa. La sensación de violación de tu intimidad es quizás el regusto más amargo de la experiencia.
De todas las cuestiones que suscita un robo en tu vivienda, una de las más inquietantes es la de encontrar el motivo por el que nos ha tocado a nosotros y no a otro vecino de la comunidad. Necesitamos conocer los motivos que han llevado a los ladrones a elegir nuestra casa, porque encontrar ese patrón y poner solución nos devuelve una gran parte de la tranquilidad.
No es nada personal: Hay que quitarse de la cabeza la idea de que para los ladrones tenemos nombre y apellido
Uno de los miedos asociados a esta inquietud es pensar que los ladrones nos conocen, que saben quiénes somos, nuestros hijos, etc. En Nuevoinforme hemos consultado con agentes de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía y con varias empresas que suministran productos y servicios de seguridad. Las conclusiones en relación a este miedo concreto son tranquilizadoras en relación a la negra expectativa en la que nos instalamos al ser víctima de un robo. Hay que quitarse de la cabeza la idea de que para los ladrones tenemos un nombre y apellido, hay que tranquilizarse en este sentido, no es algo personal contra nosotros. Nos ha tocado por otros motivos que expondremos más adelante.
De todas formas, aquí habría que matizar que esto no es del todo así, ya que la afirmación es válida para el grueso de la población. En caso de ser un personaje público los aspectos que entran en juego son distintos, ya que existe una planificación, un conocimiento previo, unas expectativas de botín, etc.
Si nos centramos en el ciudadano de a pie, los datos del Ministerio del Interior indican que 9 de cada 10 robos en viviendas no son planificados, sino que se llevan a cabo de la misma manera que se sale a coger setas, eligiendo un bosque que creemos que tiene buenas condiciones y dejándonos guiar por nuestra experiencia a la hora de detectarlas. Es en este punto donde precisamente más opciones tenemos a la hora de protegernos si tenemos en cuenta algunos aspectos:
- Los ladrones suelen elegir los barrios de clase media, ya que son los más numerosos y su botín depende en gran medida de la estadística. Los barrios de lujo tienen mejores medidas de seguridad, mientras que en los barrios desfavorecidos la expectativa de botín es muy pequeña.
- 7 de cada 10 robos se producen durante el día, en especial los lunes y los viernes.
- Los meses negros para el robo de viviendas son enero, marzo y agosto.
- Normalmente entran en casa cuando no estamos.
Si la mayor parte de los robos son improvisados ¿cómo deciden los ladrones en qué vivienda entran?
Hemos de aclarar que hay muchos tipos de ladrones y cada grupo posee sus propias técnicas. Suelen actuar en parejas o en grupos de tres que, como es lógico, no tienen apariencia de ladrones. Eligen un barrio y suelen vigilar qué tipo de vecinos entran y salen de un edificio y qué tipo de vehículos transitan por el parking. Esto les da una idea de las expectativas de botín que tienen. A partir de ahí revisan las medidas de seguridad del edificio, aunque entrar en una comunidad sin llave es relativamente fácil, basta con entrar cuando sale un vecino o llamar a un timbre y pedir que abran. Una vez dentro pueden revisar qué tipo de seguridad tienen los pisos. Solo viendo el número y tipo de cerradura de cada piso pueden saber cuánto tiempo va a costarles entrar en una vivienda, de manera que con un paseo por los rellanos ya tienen toda la información. Hay un dato muy importante: para un ladrón experimentado, el 90% de las cerraduras son vulnerables y un porcentaje muy elevado de ellas las abre en solo unos segundos.
Con esta información en la mano, una forma de operar muy común es el robo al descuido. El ladrón que está dentro del edificio escucha cómo un vecino en el cuarto piso sale y cierra de portazo sin echar la llave y se va del edificio. Mientras un ladrón en la calle vigila al vecino que ha salido, el encargado de abrir la puerta llama al timbre por si queda alguien dentro. Si no abre nadie, como la llave no está echada, con un simple plástico fabricado para ello, abre la puerta en 3 segundos, sube el otro ladrón y entre los dos desvalijan un piso en dos minutos. Salen del edificio y desaparecen.
De este punto se deduce que uno de los mayores errores que podemos cometer es salir de casa sin dar todas las vueltas que permita nuestra cerradura. No echar la llave es lo mismo que dejar la puerta abierta, exactamente lo mismo ¿Bajarías al perro dejando la puerta abierta?
Lo mismo sucede con algunos tipos de cerradura que se ven en muchos domicilios y que son el equivalente a tener la puerta abierta. Es importante detectar si en nuestra vivienda tenemos una cerradura de este tipo, ya que debemos cambiarla con la mayor brevedad posible y actualizar la seguridad de la puerta, porque aquí está una de las respuestas más clara a la pregunta de “¿por qué a mí? Si nuestra cerradura es mucho más vulnerable que la del vecino, van a elegir nuestra vivienda. Ellos no saben lo que hay en nuestra casa o en la del vecino, pero sí saben que entrar en la nuestra son 40 segundos sin hacer ruido y en la del vecino hay que invertir 5 minutos. La elección está clara.
SI NUESTRA CERRADURA ES MÁS VULNERABLE QUE LA DEL VECINO LA ELECCIÓN ESTÁ CLARA
Cerraduras obsoletas: cuando la seguridad no es más que una falsa percepción.
Tipos de cerradura hay muchos, pero algunos tienen unas características especialmente atractivas para los ladrones. Son cerraduras que gritan “ábreme!”.
En nuevoinforme hemos destacado tres tipos de llave que son fácilmente identificables y que corresponden a cerraduras que debemos sustituir de manera inmediata.
LLAVE DE SERRETA: común y vulnerable
El primero tipo de cerradura vulnerable es la que se abre con la llamada “llave de serreta”. Es la más común de las tres. Nunca debe ser la cerradura que tenemos instalada en la puerta de nuestra vivienda. Se puede utilizar en oficinas, para cerrar despachos, en trasteros donde no tenemos enseres de valor o en general para regular el paso de estancias, pero nunca para proteger la puerta de entrada a una vivienda.
¿Cómo abren una cerradura con llave de serreta?
Se utiliza un método llamado “bumping”. No vamos a desarrollarlo, pero hemos de decir que es un método muy económico para los ladrones, puesto que solo es necesario tener una llave de ese mismo tipo y un pequeño martillo, y es extremadamente rápido, sin ruido y no deja marcas. Con este método se puede abrir una puerta casi con la misma facilidad que con la propia llave. Es una apertura limpia y rápida. Tanto es así, que nos va a generar un problema a la hora de cobrar el seguro, ya que no deja ninguna marca. Nuestro consejo para que tener opciones de reclamar a nuestra compañía aseguradora es que, cuando acuda la policía, asegurarnos de que en su informe consta que efectivamente ha habido un robo con un método limpio de apertura, como es el caso del bumping. Si aparece en el informe inicial, la compañía no podrá eludir fácilmente su responsabilidad.
CERRADURA TIPO POMPA: El cordero con piel de lobo
Es una cerradura muy extendida que posee una apariencia de seguridad importante, por eso decimos que tiene piel de lobo, pero esconde una facilidad de apertura pasmosa. Incluso hay tutoriales que circulan por la red que muestran cómo hacerlo. En nuevoinforme nos hemos hecho con un ejemplar y hemos intentado su apertura con un clip y un pequeño destornillador, al más puro estilo McGiver y el resultado ha sido impactante, 30 segundos para darle una vuelta completa y sin experiencia previa.
Es una cerradura que, una vez comprendido su mecanismo, resulta ridículo su nivel de seguridad. Los ladrones se frotan las manos cuando ven que entre ellos y su botín se interpone una cerradura tipo pompa. Nuestro consejo es acudir a un cerrajero de confianza y cambiarla de inmediato, o al menos reforzar la seguridad con un cerrojo o una segunda cerradura como los conocidos Fac Seguridad, Lince o cualquier marca reconocida que nos recomiende nuestro cerrajero de confianza.
CERRADURA DE GORJAS O BORJAS: la que tuvo y no pudo retener
Efectivamente, hablamos de una buena cerradura que en su día fue de seguridad, pero que no ha resistido el paso del tiempo y actualmente es un auténtico agujero de seguridad para la vivienda.
Es una cerradura muy asociada al boom de la construcción de los 90. En la obra nueva de aquella época se instalaban junto con las puertas de seguridad, que eran un buen reclamo para los compradores. La forma de su llave es muy similar a la empleada en cajas fuerte , lo que contribuye a asociarla con el concepto de seguridad. Actualmente todavía esta llave puede parecer segura, por su imponente tamaño y las formas de sus paletones, pero nada más lejos de la realidad. Hace unos años apareció una herramienta llamada “Magic Key”, que se puede adquirir por poco más de 100 euros a través de internet y que es capaz de abrir esta cerradura en poco tiempo. Esto ha convertido a las cerraduras de gorjas en un objetivo claro de los cacos por dos motivos principales: es fácil de abrir y además, una vez localizas una comunidad que instaló estas puertas de origen, consigues de una tacada un volumen alto de pisos que son de fácil acceso y de apertura igual de limpia que en los casos anteriores.
La recomendación es cambiar de inmediato esta cerradura. La conversión a una cerradura moderna de perfil europeo es más costosa que en los casos anteriores, puede rondar los 400 euros o más, en función del bombín que elijamos, pero merece la pena hacer la transformación, ya que la próxima vez que los ladrones visiten nuestra comunidad es muy probable que nuestra casa no sea la elegida.
Tengamos en cuenta que, aunque no hayan entrado nunca en nuestra vivienda, todos los días se registran más de 2000 robos si tenemos en cuenta las cifras oficiales, que se estima que son casi la mitad de los reales. Todos conocemos a alguien que ha sufrido un robo y en muchos casos no nos protegemos mejor por un desconocimiento que nos impide tomar unas sencillas medidas.
