Si te has planteado adoptar ya habrás escuchado el nombre de Vicente Molina González. Y si no, deberías.
Vicente Molina es técnico de seguimiento de menores que están el sistema de protección en el recurso de familias de acogida. Es fundador de la cuenta de instagram Nuestro Hilo Rojo. Habla siempre muy claro y tiene una predisposición natural para ayudar a los demás.
Nació en Gandía. Es gay (estuvo metido en un armario ropero hasta los 15 años), está casado con Óscar Lendinez y tiene dos hijos mediante la Adopción Nacional.
Es activista LGTBI y un referente nacional de la adopción y la educación en familias homoparentales. Es coautor del cuento solidario “Sergio y Piti son adoptados”, la historia de adopción de Sergio, su hijo mayor. Está contada desde la perspectiva de un niño, para que los más pequeños entiendan en qué consiste una adopción.
Todos los beneficios del cuento van destinados a la Fundación Soñar Despierto, que trabaja para el cuidado de los menores tutelados por el Estado, que viven en diferentes residencias de nuestro país.
Como al Equipo A, puedes encontrar a Vicente Molina ayudando a una familia en su proceso de adopción, dando una charla sobre la educación en familias homoparentales, en mil entrevistas o en un reportaje de EL PAÍS. Pero siempre, siempre con su mochila llena de sentido del humor, palabras amables y un bolsillo interior repleto de vivencias que compartir.
Lo entrevistamos en profundidad y nos ha dejado información muy valiosa.
ENTREVISTA VICENTE MOLINA GONZÁLEZ
Salir del armario en los 80 y salir en la actualidad ¿Qué diferencias observas?
Buf! En los 80, fuera del armario te esperaba la Santa Inquisición. Actualmente no te espera una suave cama con sábanas arco iris, pero se parece más.
La sociedad es muy distinta. Las nuevas generaciones tenemos información de cualquier tipo acerca del mundo LGTB, tenemos referentes en el ámbito político, cultural, social… Tenemos leyes que no existían en los 80, como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Tenemos el camino abierto y un sinfín de información sobre cualquier punto de vista sobre el tema. Espero que pronto no haya armarios de los que salir.
En la cuenta de Instagram de Nuestro Hilo Rojo dais visibilidad a la familia que formáis tus dos hijos, tu marido y tú ¿Por qué decides cambiar el nombre de tu cuenta personal a Nuestro Hilo Rojo?
Decidí cambiar el nombre a la cuenta porque en mis relaciones sociales, desde mi familia o amigos siempre me llegaban, de forma recurrente, los mismos tipos de pregunta relacionada con la adopción. Eran preguntas muy básicas, como cuánto costaba un proceso de adopción y muchas otras que denotaban una enorme falta de información. Mi marido, Óscar, y yo habíamos tenido estas mismas dudas, habíamos pasado por lo mismo, así que ¿por qué no contarlo en redes sociales?
De esa forma empezó esta “bonita locura” de Nuestro Hilo Rojo. Nos contactan familias y más familias interesadas y desinformadas. Después de tantas charlas con las familias tenemos gente abriendo expedientes de adopción todas las semanas. Todavía se me eriza la piel hablando de esto. Después de tanto esfuerzo, mi pensamiento siempre es: “Un niño más con su familia”, porque ese es mi objetivo, que todos los niños tengan una familia. Ojalá algún día consigamos este objetivo. La verdad es que queda mucho por hacer, así que mientras tanto seguiremos con todo nuestro esfuerzo puesto en la adopción.
El activismo de Nuestro Hilo Rojo aborda la normalización de la adopción, la homosexualidad y las familias homoparentales ¿Cuál es vuestra principal lucha a la hora de integrar todo esto en el colegio?
Hay muchos aspectos que integrar, desde la inscripción inicial al colegio o guardería donde solicitan datos del «padre» y «madre», sin más. No hay formularios inclusivos donde puedan poner «progenitor 1» y «progenitor 2», por ejemplo.
Hay muchos otros aspectos que revisar, como “el día del padre» o «el día de la madre» y plantear alternativas como “el día de la familia”, ya que se confunde a muchos niños. ¿Por qué estos niños han de hacer una carta o un collar a su madre, una figura que no existe en sus vidas? Aun así, hay muchas familias que siguen sin ver bien el cambio necesario.
Por otro lado, también estamos muy enfocados en ver cómo se abordan las diferentes tipologías de familia y, por supuesto, que se haga hincapié en las formadas mediante la adopción.
¿Qué tiene más peso en el espectacular crecimiento de Nuestro Hilo Rojo? ¿La falta de información? ¿La necesidad de referentes?
Bueno, con esta pregunta me lo pones difícil, creo que es una mezcla de ambas. Si me lo permites, también añadiría que la forma de expresar mis sentimientos, de forma intensa, hace que llegue a ese rincón donde las palabras remueven las emociones. Como te dije anteriormente, vivo la paternidad de tal forma, expreso mis sentimientos de manera tan real que toca a la gente. Hablo sobre mis hijos, sobre mi familia de forma poco común.
Al margen de mi “intensidad”, las personas que buscan información de primera mano agradecen que todo en Nuestro Hilo Rojo sea así de real. He realizado directos con entidades de «familias acogedoras», con «familias de adopción internacional» (para intercambiar impresiones o ver las diferencias de ambos procesos), he realizado directos con una niña adoptada en China hace 20 años para saber cómo vive ella su adopción, o cómo ha vivido el proceso, la búsqueda de orígenes, o sus inquietudes sin más. Es contenido de mucho valor para quién está pensando en adoptar y no lo encuentras en otro lugar.
¿Cómo manejas el peso de la responsabilidad con un tema tan sensible y más de 70.000 seguidores?
La responsabilidad se lleva con la convicción de dar información actual, veraz y con un objetivo principal: ayudar y servir de guía, sin ánimo de sentar cátedra, pero dejando muy clara mi opinión sobre los temas que trato.
También es importante fijar límites: Jamás hablo de temas políticos ni religiosos, solo hablo de mi experiencia y mi punto de vista sobre la educación que doy a mis hijos. Evito entrar en conflictos ajenos a la temática que nos ha traído hasta aquí. De forma natural haces un filtro y solo te siguen personas que comparten, o al menos entienden, tu punto de vista.
El resultado es que recibo decenas de mensajes solicitando información sobre la adopción, a la vez que recibo otras decenas de felicitaciones por nuestra valentía, e infinidad de muestras de cariño hacia nuestra familia.
Hablas de hacer hincapié en las familias formadas mediante la adopción. ¿Cómo materializamos ese enfoque?
Se ha avanzado en los últimos años, ya que la diversidad familiar en los colegios es un hecho. Se tiene en cuenta expresar esta diversidad, por ejemplo a la hora de explicar a los niños que hay familias con papá-mamá, mamá-papá, papá-papá, etc. Pero se podría ir más allá en relación a la adopción, explicando que quizá todos esos modelos familiares han sido formados mediante adopción: la gestación subrogada, in vitro o el método ropa que usan muchas parejas de dos mamás.
Podríamos avanzar más, hablando abiertamente de la adopción, explicando que nacer en el seno de una familia que no puede, o no sabe criar, no es nada malo, sino una situación más de la vida, donde la Administración (personas que se encargan de ello sería la explicación para los niños) se encarga de encontrar una familia para ese niño. Explicando que no debe ser motivo de burla ni de diferenciación.
Aportando información sobre el ACOGIMIENTO POR PARTE DE LA FAMILIA EXTENSA, que no es más que una situación conocida en la que muchos nietos son cuidados por los abuelos, ya no solo en el momento de la comida, sino que se crían prácticamente con ellos.
También avanzaremos informando sobre lo que es una FAMILIA DE ACOGIDA o celebrando de forma especial el “Día de los derechos del menor” para recordar que todos los niños tienen el derecho de crecer en una familia, como derecho principal. Por cierto, este día es el 20 de noviembre, mi cumpleaños.
¿Qué papel juega una correcta información a la hora de afrontar la adopción con el sistema de Adopción Nacional?
No encuentro un porcentaje que defina la importancia de tener bien clara toda la información sobre la adopción nacional antes de iniciar el proceso. ¿2000%? Quizá me quedo corto.
Dentro del sistema de Adopción Nacional existe un amplio abanico de posibilidades decisivas para que el expediente de adopción sea más o menos rápido, más o menos fructífero. Encontramos la «adopción abierta», en la que solicitas una adopción donde el menor, o la menor adoptados puedan tener contacto con parte de su familia biológica (tú decides si con padres, hermanos, tíos….). Esta información pasa muy desapercibida, y puede ser decisiva a la hora de su adopción.
También existe la posibilidad de la adopción de menores con necesidades especiales. Estas necesidades las marca cada comunidad autónoma, por lo tanto hay que sugerir a la administración de tu provincia que te las facilite, para ver si como madre o padre adoptivos puedes o te interesa acceder a la adopción mediante esta vía.
Dada la diversidad familiar actual ¿Existe un tipo de familia predominante que acuda a ti para pedir consejo o ayuda?
A nuestra cuenta de Instagram llegan infinidad de preguntas, la mayoría son parejas homoparentales, ya que han recibido informaciones erróneas sobre los procesos de adopción. También nos escriben familias compuestas por un papá o una mamá, o familias monoparentales. Hoy, sin ir más lejos, una papá soltero por adopción, nos preguntaba si era posible que le presentáramos familias como la suya, para intercambiar experiencias. También nos escribe mucha gente que ya ha adoptado, para ver cómo afrontar la comunicación de sus orígenes con los menores, o personas adoptadas, ya mayores de edad, agradeciéndonos nuestra función, nuestro mensaje en las redes sociales. Recibimos muchísimos mensajes y muy dispares.
Hagamos un pequeño viaje personal ¿Cuándo se gesta la idea de adoptar a vuestro hijo Sergio?
Dicen que el reloj biológico en los hombres no existe, pero yo siempre lo he tenido. Es más, llegué a pedir a Óscar, mi marido, que si no me acompañaba en la aventura de ser padre, al menos me dejara serlo sin que él se viera implicado, es decir, adoptando yo como monoparental.
Mi objetivo siempre fue ese, mi deseo de ser padre siempre estuvo presente. Como le ocurre a tanta gente que nos contacta, yo no sabía ni por dónde empezar. Pero dicen que el que quiere, puede, no? Así que eso hice, sin apenas información, abrí un expediente de adopción, prácticamente a ciegas. Y hasta aquí hemos llegado, con dos hijos adoptados y llenos de ilusión por compartir vivencias.
¿Qué parte del proceso de adopción suele ser la más dura?
¡Buf! Depende de a quién preguntes. Yo soy una persona muy intensa, y como tal, todas «las partes» del proceso me parecieron duras. En la espera pasaron como tres años y medio sin ningún tipo de información. Entregas la solicitud de adopción y pasan años sin saber nada de él. Yo me hacía preguntas tales como: ”¿Habré anotado bien el teléfono?”, “¿se habrá traspapelado el expediente? Preguntas, preguntas y más preguntas.
Después recibes la llamada y crees que tu hijo ya está prácticamente al otro lado del teléfono, pero no es así, jajajaja.
Realizadas los cursos de formación, y vuelta a esperar. Otros seis meses que parecen años. Después las entrevistas de valoración para conseguir el CI (CERTIFICADO DE IDONEIDAD), que es una valoración completa a los adoptantes, para comprobar que somos idóneos para ser papás. Este proceso, que dura un mes aproximadamente, consta de cuatro entrevistas en diferentes momentos, y también se hace largo. La angustia se apodera de ti una vez más. Nervios y más nervios.
Cuando, por fin, llega el ansiado CI, quedas a la espera de que vuelva a sonar el teléfono para unirte, esta vez sí, a tu hijo. En el caso de Sergio fueron otros 18 largos meses, ahí es nada!
En resumen: se necesita paciencia, información y serenidad. Pero claro, en mi caso concreto viví una locura emocional. En cambio para mi marido fue como coser y cantar. Cada cual lo vive a su manera.
¿Cuál es el principal miedo que detectas en las personas que se plantean adoptar?
El vínculo, ese es el mayor miedo, en su amplio sentido de la palabra: “¿Me querrá? ¿le querré?
«Estar a la altura» es otro de los miedos omnipresentes. Me explico:
Cuando adoptas, adoptas menores con una vida anterior. En su libro de la vida ya hay páginas escritas. Esto puede paralizarte, ya que ese vínculo debe ir poco a poco (dependiendo de la edad del menor, puede tardar más o menos). Su historia vivida puede haber creado una coraza que no le permita confiar en ti en un primer momento. Puede que te vea como un rival, como esa persona que le ha sacado de aquella familia de acogida (si es el caso, ya que en nuestras adopciones sí lo fue).
Para los menores adoptados, las familias adoptivas eran su familia. No saben que esas familias eran temporales. De repente apareces tú y le arrebatas eso. Así que debes «crear vínculo», poco a poco. Tu pequeño debe saber que, si se cae estarás ahí para consolarlo (en un columpio en el sentido más amplio de la palabra). Debéis ganaros el uno al otro, no se quiere de hoy para hoy, ese cariño y amor de padre-hijo se va forjando.
Por otro lado, cuando digo «estar a la altura», me refiero a un miedo añadido al propio de ser padre: ser padre adoptivo. Tiene un extra: asimilar que tu hijo ya llega a tu vida con una vida pasada, que esa es su vida, su mochila, y debes saber hablar de ella, de su mochila, de su abandono…
De todos los mitos que rodean a la adopción, ¿cuál es el más dañino?, el que levanta barreras más altas.
Aunque hay muchos mitos sobre la adopción, los tres principales que van de la mano están relacionados con aspectos económicos y la duración del proceso de Adopción Nacional.
Mucha gente piensa que la adopción es cara, cuando en realidad, la Adopción Nacional es gratuita. Relacionado con este mito está el de que necesitas tener mucho dinero en el banco, casas en propiedad o una nómina muy elevada. También es falso, ya que puedes vivir de alquiler, ser mileurista y adoptar sin problema.
En relación a la duración de los procesos de adopción, como te he comentado antes, son largos, pero nada que ver con los plazos que se dicen por ahí. No son 10 años o más, que he llegado a escuchar. Esto podrían ser excepciones muy puntuales, en absoluto es la norma. Lo ideal sería tener desde el principio toda la información para definir mejor qué estamos dispuestos a asumir como padres. La mayoría de los expedientes irían mucho más rápido. Por ejemplo, en el caso de mi hijo, si yo hubiera sabido desde el principio que si marcaba la posibilidad de tener un hijo celíaco hubiera ido más rápido, seguro que la habría marcado. Ya no por el tiempo, sino porque no veo impedimento para mi proyecto paternal en el hecho de que mi hijo tuviera dicha intolerancia. Como ésta, hay mucha información que ayudaría si se conociera en el momento adecuado.
¿Has observado alguna diferencia en el proceso de adopción de vuestro primer hijo en relación al segundo?
Los proceso de adopción han hecho un cambio muy positivo en los últimos años. Entre la adopción de mi primer hijo y la del segundo han pasado solo 5 años, pero no tiene nada que ver la una con la otra. Ni el tiempo de espera, ni la desinformación. Hay mucha más transparencia, más empatía por parte de las técnicos (hablo en femenino ya que hasta la fecha siempre hemos tratado con mujeres dentros de ambos procesos).
Habrá gente que pensará que al tener la experiencia de una adopción, la segunda la habremos vivido de forma diferente, y NO, jajaja, no es así; he sido intenso hasta para volver a adoptar.